Los mensajes de la campaña se enredan, y en el medio se oyen barbaridades que no deberíamos dejar pasar. No vale todo, abramos los ojos, porque nos jugamos mucho más que lo que estamos viendo. Ética, moral y estética, no son conceptos vacuos, Ludwig Wittgenstein no era un pavo, y la Gestapo no es un ejemplo de eficiencia válido. Cómo me enseño uno de los tipos que más quiero en este mundo…boludo, no vale todo, no se puede decir cualquier cosa
Ludwig Wittgesntein, uno de las mentes más brillantes de la Historia, analizó los límites de la ética y la estética
Y se va haciendo cada vez más difícil, cada vez más enredado e intrincado. El discurso de la campaña se va haciendo tortuoso. Entender lo que dicen, atender a lo que no dicen, intuir que quisieron decir, muchas veces hacer un esfuerzo lógico casi novelesco para sentir que una frase tiene en realidad un sentido. ¿Por qué dijo esto? ¿Qué quiso decir? En el ejercicio de la discusión, ¿vale todo? ¿Exponer una proposición lógica con valor de verdadera, equivale a tener razón o estar diciendo una verdad?
Atención a las formas
Una de las cosas que he ido notando a lo largo de los años en Argentina, es que el valor de lo estético fue quedando de lado. Es un poco un signo de la época, entiendo, vivimos en un mundo en el que la utilidad reina. Pero sería absurdo considerar que la utilidad debe conseguirse a cualquier costo, incluso en desmedro de la estética. En otras palabras, la estética no es una boludez, las cosas deben ser útiles, y deben también respetar la belleza. Las teorías científicas más elevadas y complejas, contemplan como un valor fundamental, la elegancia. ¿Por qué no habremos de cuidar este punto nosotros?
Hay un límite ético y estético
“Imaginense si la GESTAPO hubiera sido argentina ¿No hubiera sido mucho mejor? Porque en vez de matar seis millones de judíos, seguramente eran mucho menos. Porque hubiera habido coimas, hubiera habido deficiencias de todo tipo, se hubieran quedado dormidos. Pero eran alemanes, ese es el problema que hubo” dijo alegremente Martín Krause, un señor al que Milei sugirió que pondría al frente del Ministerio de Educación.
Ludwig Wittgenstein, una de las mentes más brillantes que ha dado la humanidad, traza a lo largo de su razonamiento (recomiendo seriamente su estudio atento y repetido, porque no es sencillo), un vínculo estrecho entre lo ético y lo estético. Cuando decimos que llevar flores a una casa la primera vez que la visitamos, queda lindo, estamos incursionando en ese universo maravilloso del que el filósofo austríaco habló con maestría sin igual.
Lo moral como forma de protección
Una definición muy útil de lo moral, es aquella que dice que se trata de usos y costumbres que la humanidad ha comprobado fehacientemente a través de tiempos muy prolongados, que son beneficiosas. Un principio moral no se consolida en unos meses, ni en unos pocos años, sino que debe ser confirmado por la sociedad por espacios de tiempo prolongados. Así insultar a un amigo, es reprobable moralmente, porque la experiencia repetida de la humanidad nos ha enseñado que no es ventajoso en modo alguno hacerlo. No es un capricho ni una bajada de línea, no se trata de una boludez circunstancial. Se trata de algo solidamente confirmado miles, millones, cientos de millones de veces.
Hoy cualquier gil dice cualquier cosa. En realidad siempre fue así, pero nunca como hoy hemos alcanzado el poder de difusión que tiene la palabra. Este aumento de la capacidad de difusión de lo que se dice, ha sido positivo sin dudas para darle voz a muchos que no la hubieran tenido en otro contexto, pero ha generado también confusión y un fuerte deterioro del valor de la palabra, haciendo que todos debamos afilar nuestro espíritu crítico y nuestra capacidad de discernimiento, a fin de no terminar creyendo, que todo vale.
La salvajada del señor Krause, no puede pasar por nuestros oídos como una más de las miles que escuchamos, simplemente porque se limpia el culo con la moral. Y no hablo de moral como moda o tendencia, sino como aquello que la humanidad ha comprobado fehacientemente en el tiempo, ser positivo para su existencia. Marcar como paradigma de eficiencia a la maquinaria de exterminio Nazi, no puede en ningún caso pasar de largo. Todos deberíamos sentirnos ofendidos y agredidos por semejante bestialidad, y deberíamos abrir muy grandes los ojos, porque la presencia de un discurso semejante, tan cerca del poder, constituye una amenaza para todos nosotros como sociedad.
Consejo de amigo
Por eso hoy, para empezar la semana, les digo con toda mi estima, que no vale decir cualquier cosa, que no todo da lo mismo, y que no nos dejemos engañar por los inmorales. En otras palabras, no seamos boludos, que nos va la vida en estas cosas.
Buena semana para todos
Comentários