Sin debate, el oficialismo aprobó y sancionó el presupuesto, por el que ya había acuerdo, y en soledad dio lugar a la “tramoya” de Cristina Kirchner para quedarse con un miembro más en el Consejo de la Magistratura
El Senado se ha transformado en el Club de Cristina
La oposición no participó de la sesión y el proyecto se convirtió en ley con 37 votos y por unanimidad; se extendió la vigencia de Ganancias, Bienes Personales, Cheques, la nueva tasa a los vuelos y un blanqueo para la compra de viviendas usadas
Pero lo realmente preocupante de la jornada parlamentaria, es que el oficialismo decidió validar la tramoya inventada por Cristina para seguir paralizando y complicando al Consejo de la Magistratura, parte esencial de su plan de control y obstaculización de la justicia, haciendo para este fin de el Senado de la Nación, una herramienta personal.
La movida de Cristina generó el rechazo de toda la oposición, e incluso de la cordobesa Alejandra Vigo, que responde a Juan Schiaretti. Vigo no se presentó al debate y explicó su ausencia con un Tuit: “El oficialismo nuevamente enrareció el manejo parlamentario y no estaban dadas las condiciones para debatir un temario que no fue el planteado desde un principio”
La decisión de la oposición de no oponerse al presupuesto a pesar de todas las inconsistencias quedó intacta. Sin embargo, no hubo voluntad de validar de alguna manera con la presencia una maniobra que se opone a un fallo reciente de la Corte Suprema y que solo busca acompañar la guerra personal de la vicepresidenta contra la justicia.
El Senado se ha convertido en el Club de Cristina, y los Senadores de la Nación en sus marionetas. La calidad institucional del país se encuentra tan devaluada como su moneda.
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