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Debate de candidatos "devaluados"

Foto del escritor: Emiliano DamonteEmiliano Damonte

Un debate en el que Bullrich mostró algo diferente respecto a la semana pasada. Un rápido repaso que no deja ningún punto estridente, tal vez solo alguna tendencia, lo que a estas alturas no es poco. Reinaron el miedo al error y la carencia de propuestas realistas



Dos debates

Pasó el debate, el segundo. De nuevo arriesgaron poco aunque alguno estuvo un poco más picante, especialmente en lo personal. Creo que ese fue uno de los puntos más desconcertantes del debate entre candidatos. En definitiva fueron pocas e imprecisas las discusiones programáticas. Y no debe sorprender que así sea, ya que son pocas e imprecisas las propuestas programáticas, y el debate agrava todo merced a la estrechez de tiempo.


Ligera ventaja

Así, esta vez Pato Bullrich fue un poco más Pato Bullrich, Milei repartió un poco más sus ataques, aunque no pudo nunca evitar ser personal y ofensivo, y Massa sufrió un tramite que sin dudas hubiera preferido evitar, se notó que le pesaba. Bregman hizo gala de la solidez de exposición que se le reconoce, pero se demuestra absolutamente incapaz de salir de los clichés de una izquierda que no existe más en ningún lugar del mundo. Schiaretti termina ligeramente fortalecido por su historial de gestión, y sobre todo por la pobreza reinante.

Poco, muy poco dejaron sobre la mesa de análisis. Todos bastante devaluados.

Todo muy devaluado

Sergio Massa fue alguna vez la esperanza de un sector de la sociedad. Era un político exitoso que amenazaba con meter presos a los ñoquis de la Cámpora, que aseguraba que iba a limpiar el país de la corrupción y que se apoyaba en una gestión que todos veían como exitosa en el Municipio de Tigre. Todos esperaban algo más de Sergio Massa, y él lo sabe. Por eso tiró un vínculo con ese buen momento, recordando su gestión tigrense. Demasiado lejos en el tiempo ya, con demasiadas contradicciones en el medio y con una palabra casi tan devaluada como la de Alberto Fernández. Poco queda de ese hombre que hizo temblar a una Cristina que tenía otro volúmen, otra parada, muy poco queda y ya será difícil que recupere lo perdido.

Pato Bullrich tiene una imagen bien ganada al frente del Ministerio de Seguridad. Estuvo los cuatro años de la presidencia de Macri y soportó momentos de crisis y dificultades con gran firmeza. Bancó 4 años, lo repito, en un puesto clave y desgastante. Como credencial es mucho más que lo que pueden mostrar todos los otros candidatos juntos, pero por algún motivo su equipo de campaña se perdió por el camino y recién ahora empieza a sacar este tema adelante. Se embarraron haciendola hablar de economía o de abstracciones, dejando de lado el lado más firme y contundente que tiene Patricia Bullrich. A eso recurrió anoche, y volvió a parecerse un poco más a la Pato Bullrich de la que hablamos. Habrá que ver cuánto mueve la aguja.

Devaluado también Javier Milei, de nuevo sin propuestas claras o concretas que no sean absolutamente irrealizables, a la defensiva y esperando ataques para plantear desde ahí algún tema que en sus modos termina siendo siempre una chicana, o un ataque personal. No lo hace con intención, le sale así solito, sin darse cuenta. Devaluado porque el león termina siendo un zorrito calculador, sin fuerza propia y con mucho miedo a equivocarse.

Devaluado Schiaretti, el tipo que se tenía que comer a los pibes crudos desde su provincia modelo, pero no hoy, sino hace 3 o 4 años. La Pandemia hubiera sido un momento ideal para lanzar el golpe, junto a sus vecinos peronistas de la zona centro, Perotti y tal vez Bordet. Se quedó esperando un acuerdo con Larreta que no llegó nunca, y terminó haciendo una entrada en escena tardía y deshilachada. Una lástima porque a nivel gestión no tiene nada que envidiarle a nadie, y termina siendo el rey de los memes de esta elección.

Miriam Bregman, impecable en su oratoria, en los tiempos y las formas. Coherente siempre con sus ideas. Pero el problema es que como a toda la izquierda del mundo, se le quemaron los libros y no supo adaptarse. Figuras como “tomar la calle”, o “el capitalismo” no generan ningún grado de empatía o identificación en el votante, y el puñado de puntos que vienen sumando hace lustros se los dice una y otra vez. No fue capaz de armar un discurso que una a los trabajadores en medio de una crisis que tiene ribetes de crisis sistémica. Si no pudiste ahora, es porque te quedaste en un lugar que ya no existe más.

Devaluados todos. Habrá que elegir con inteligencia. No comprar buzones mágicos. Que acá no hay ningún genio que cambie las cosas de manera inesperada. Solo trabajo e institucionalidad pueden salvar a este país. Y que dejen de chorear, pero eso esta dentro del requisito de institucionalidad.

Buen inicio de semana, les desea El Aguijón

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